Qué son las bolas de pelo en gatos, cómo se forman y qué medidas puedes tomar para prevenirlas o eliminarlas.
Estas son algunas de las preguntas que te estarás haciendo y que vamos a tratar en esta ocasión.
¿Qué son las bolas de pelo en gatos?
Como ya sabes, los gatos se limpian a sí mismos con su propia lengua, ya que es su principal forma de higiene.
Debido a la textura de la lengua del gato, los pelos que toca se pueden quedar incrustados en ella, haciendo que finalmente el animal se los trague.
Este acto hace que se genere en su interior una acumulación de pelos que se pueden convertir en auténticas bolas.
Además, estas bolas de pelo pueden llegar a alcanzar hasta 12 centímetros de diámetro.
Por este motivo, hay que tener mucho cuidado con ellas ya que pueden llegar a generar una obstrucción peligrosa.
La acumulación de pelo puede provocar un bloqueo en la garganta o el estómago de tu mascota, por lo que hay que tomar medidas para evitarlo.
Bolas de pelo en gatos: Síntomas
Cuando tu gato está sufriendo problemas por la acumulación de bolas de pelo, presentará algunos estos síntomas:
Decaimiento o apatía, arcadas, vómitos o estreñimiento.
En estos casos, debes acudir al veterinario con tu mascota para pasar una revisión.
En caso de ser un problema grave, tendrás que seguir el tratamiento que te recomiende el especialista.
Mi gato vomita bolas de pelo, ¿qué hago?
Consejos que pueden conseguir reducir o eliminar los efectos adversos de las bolas de pelo de gato:
En caso de que tengas un gato de pelo largo, como la raza de gatos persa, Maine Coon o Angora, tendrás que cepillarle el pelo frecuentemente.
En estos casos el cepillado debe de ser de aproximadamente una vez por semana.
Hay que equilibrar el pienso de cereales e hidratos que comen a diario con otros productos que tengan una mayor composición de proteínas para que tenga una dieta sana.
El hígado, pollo, pescado o carne puede complementar su alimentación de forma saludable.
Bolas de pelo de gatos: Remedios caseros
Si estás buscando una comida de gatos para bolas de pelo, tienes que tener en cuenta lo siguiente:
Determinadas hierbas y plantas pueden ayudar a expulsar mejor las bolas de pelo por sus propiedades laxantes.
La conocida como hierba para gatos, así como la cebada o el trigo, son algunos de los remedios caseros más recomendados
También la malta puede ser la solución, ya que esta pasta de color miel se puede aplicar en su pata delantera para que él mismo se la lama para limpiarse.
Una vez dentro del intestino, la malta conseguirá que el tránsito intestinal sea más eficaz y forzará la evacuación de bolas de pelo.
Otra de las alternativas que puedes utilizar es suministrarle una cucharadita de vaselina líquida o aceite de girasol, diluidos en su comida.
Este es uno de los métodos más eficaces para ayudar a un gato a expulsar las bolas de pelo.
Una de las primeras decisiones que debes tomar antes de castrar es si quieres que tu gato tenga una camada o no.
Cuando tengas claro lo anterior entonces puedes valorar cuándo puedes hacer la castración.
Una recomendación de los expertos consiste en la castración de los gatos macho pero hay que saber a qué edad hacerlo.
En la esterilización se cortan los conductos por donde corre el esperma para que el gato no pueda fecundar a una hembra.
Con este procedimiento la conducta sexual del gato seguirá siendo la misma, igualmente el felino mantiene su conducta social, su forma de marcar territorio, y su agresividad.
En la castración, en cambio, se extirpan los testículos.
Este procedimiento si modifica la conducta del gato, ya que le produce un cambio hormonal, al no generar más testosterona.
Pero te preguntarás, ¿cuándo castrar a un gato macho?. Y es que hay varias posibilidades:
En el pasado se pensaba que había que esperar después de los nueves meses.
Sin embargo, a partir de los siete meses los gatos empiezan a interesarse en el apareamiento, por lo que no era la edad más adecuada.
En la actualidad, los profesionales, tienden a castrar a los machos a partir de los seis meses de edad.
No obstante, es el veterinario quien determinará cual es el mejor momento para operar al gato.
En todo caso, la edad límite a partir de la cual se puede realizar la castración son los cuatro meses.
Ventajas de castrar a un gato macho
Los experto siempre recomiendan castrar a un gato macho, por las diferentes ventajas que tiene el hacerlo.
No obstante, siempre hay que ver cada caso concreto y la operación la realizará un veterinario.
Una de las ventajas principales es evitar que se tengan camadas de gatitos por sorpresa.
Así se previene tener que hacerse cargo de un número de gatitos no deseados.
Y se evita tener que ir regalándolos o que los gatitos puedan acabar andando por las calles.
Practicar la castración en el macho también evitará y prevendrá que el gato sufra varias enfermedades.
Como tumores en testículos, cáncer, hernias y enfermedades asociadas a la presencia de la testosterona en su organismo.
Además, tiene el beneficio de que evitará el contagio de enfermedades de transmisión sexual.
Esto es algo que ocurre más frecuentemente de lo que pensamos entre animales.
Además de las ventajas para la salud del gato, también hay otros beneficios respecto a su conducta.
Con el cambio hormonal, suele haber una disminución de la conducta agresiva.
Disminuye también la tendencia a orinar en cualquier parte.
Y reduce las posibilidades de tener enfrentamientos con otros gatos, al volverse más afectivos y mansos.
Riesgos de la esterilización
Esterilizar a un gato siempre conlleva riesgos.
Aunque hay muchas ventajas al castrar a un gato macho, también puede tener como decimos consecuencias inesperadas e indeseadas.
Esterilizar es un procedimiento delicado, en el que se aplica anestesia al gato, por lo que siempre pueden surgir problemas.
Aunque en general los gatos reaccionan bien a la esterilización y para los veterinarios este es un procedimiento rutinario.
Entre los riesgos de la esterilización se pueden mencionar algunos cambios en la anatomía del gato.
En algunos casos tienden a engordar, por lo que debes vigilar su peso y su alimentación tras la operación.
El motivo del aumento de peso en gatos está ligado al cambio hormonal y del organismo, que necesita consumir mayor cantidad de calorías.
Por ello, para evitar la obesidad en gatos existen también alimentos específicos tras la esterilización.
Intenta estimular a tu gato para que esté en movimiento, con juegos y actividades variadas.
De esa manera evitarás los problemas que produce el sedentarismo en tu gato.
Los gatos castrados también pueden sufrir cálculos en los riñones.
Tras la operación, vigila que no tenga problemas o dolor al orinar, y si notas algo diferente contacta al veterinario.
Cuánto cuesta castrar a un gato macho
Una vez decidas si quieres o no castrar a tu gato macho, debes saber cuál es el precio aproximado de la operación.
Conviene avisar que cada veterinario podrá determinar la tarifa que considere conveniente por sus servicios.
Además, cada caso es único, y puede requerir un tratamiento diferente, por lo que el precio puede variar.
En cuanto a los precios, generalmente hay diferencias entre castrar a un gato macho o hembra.
La operación de las hembras es más compleja, por lo que castrar a un gato macho resulta normalmente más económico.
Dicho esto, generalmente las tarifas pueden oscilar entre los 50€ y los 130€.
Además, estos precios no suelen incluir los medicamentos necesarios tras practicar la cirugía.
Ten en cuenta también que se tiene que sumar el precio del collar isabelino, que será necesario para proteger la herida del gato, para que no se la toque.
Recuperación de gatos castrados
En cuanto a cómo afecta al gato castrado la operación, hay que decir que se trata de una operación común.
En la mayoría de los casos, la recuperación de esta operación rutinaria es muy rápida.
El gato despierta poco a poco de la anestesia y puede volver a su vida habitual en menos de 24 horas.
El animal no requerirá ninguna atención especial, y tampoco tendrá que permanecer hospitalizado en el veterinario.
Por lo que tu gato tendrá menos estrés y no tendrás que gastar más tras finalizar la operación.
Cuando lleves a tu gato a casa, comprueba que no presenta sangrado, y que no está mareado o sin energía en las siguientes 24 horas.
Comprueba también que no tiene variaciones de temperatura, problemas respiratorios o vómitos.
Si algo de esto se presenta comunícaselo inmediatamente al veterinario.
Es importante que tenga reposo, ya que necesita un buen descanso para una correcta recuperación.
Un elemento importante para la recuperación es el uso del collar isabelino, con forma de cono.
Este sencillo dispositivo evita que pase la lengua por la herida y que haya riesgo de contaminación o infección.
Cuidados postoperatorios de un gato castrado
Es importante prestar atención a los cuidados postoperatorios de un gato castrado.
Tras la cirugía, el gato permanece unas horas bajo observación, hasta que despierta de los efectos de la anestesia.
No obstante, tras llevarlo a casa hay que seguir las indicaciones del veterinario.
Entre ellas, suministrar los medicamentos que le haya recetado, como antibióticos y anestésicos.
Cuida y limpia la zona de la incisión, de acuerdo con lo que te haya indicado el veterinario.
Mientras lo haces puedes observar si tiene hinchazón, pus, o dolor en la zona operada.
Estas atenciones son muy importantes, ya que con la limpieza de la herida, evitarás complicaciones que pongan en riesgo el bienestar de tu gato.
En esta fase la alimentación es muy importante.
Es probable que al principio no tenga hambre, por lo que no debe ser forzado a comer.
Sigue las instrucciones del veterinario sobre la dieta para su recuperación.
Bajo estos cuidados tu gato seguirá viviendo sano y sin la presión de las hormonas sexuales.
Muallar es la forma que tienen todos los gatos de expresarse, por lo que cuando uno se pregunta por qué mi gato no deja de maullar, es porque quiere decirte algo.
Mi gato maúlla mucho, motivos:
1.- Maullidos de gatos en celo
Esta es una de las razones más comunes por las que tu gato no para de maullar.
En épocas de celo, los gatos suelen maullar de forma aguda, fuerte y mantenida, para llamar así la atención de los gatos del sexo opuesto.
Además, en época de celo suelen mostrar su afecto de una forma más exagerada, por lo que es un comportamiento normal que se prolongará hasta que dure el celo.
2.- Maullidos de gatos por dolor
Otra de las causas por las que te preguntas por qué mi gato no para de maullar es porque esté sintiendo algún dolor o molestia.
Prueba a palpar a tu gato en diferentes zonas del cuerpo para localizar si hay alguna parte concreta que le duela.
Si reacciona maullando fuerte en algún momento, tendrás que llevarlo al veterinario para que lo examine con más conocimiento.
A veces también, un cambio en la temperatura puede provocar el maullido continuo de tu gato, al sentir un excesivo frío o calor que le molesta.
3.- Maullidos de gatos por estrés
Cuando tu gato no deja de maullar con sonidos fuertes, graves y mantenidos, es posible que tenga ansiedad o estrés, y esta es su forma de expresarlo.
Si un gato no para de maullar por este motivo, tendrás que ver entonces si es porque pasa demasiado tiempo solo y apartado de los demás animales o por otra causa.
También es posible que se deba a que no tiene un lugar concreto para el en la casa y tenga que estar buscándose la vida por sí solo por las noches.
4.- Maullidos de gatos por hambre
El hambre puede hacer que un gato maúlle mucho, por lo que si considera que su dosis de comida no es suficiente puede que tu gato no pare de maullar hasta que le pongas más.
Hay que tener cuidado en que tu gato quiera comer siempre una dosis muy superior a la recomendada, por lo que tendrás que tener cuidado cuando tu gato maúlle pero haya comido suficiente.
Tendrás que tener en cuenta siempre cuáles son las dosis de comida recomendables para un gato, para que se acostumbre desde un principio a esa dosis de comida y no te pida más.
Además, hay que tener en cuenta si tu gato hace ejercicio suficiente o si suele estar por casa tumbado sin gastar energía.
En este último caso si le pones demasiada comida a tu gato, podrá llegar a volverse obeso, por lo que tendrás que aprender a comprender a tu gato.
5.- Maullidos de gatos por las noches
Si veo que mi gato no para de maullar por las noches cuando estas durmiendo y te despierta el motivo más lógico es que quiere que le prestes atención por la noche.
Esto ocurre normalmente en los primeros años de vida de un felino, ya que son animales con gran actividad nocturna y lo que quieren es no estar solos durante la noche.
A medida que vayan creciendo, tu gato se irá adaptando a tu horario de sueño, por lo que irán abandonando este hábito.
Estas son las principales causas por las que tus gatos maúllan continuamente. De todas formas puedes conseguir que abandonen este hábito si prestas atención a tu gato y él entiende que estás comprendiendo lo que te quiere decir al maullar tan frecuentemente.
Lo más importante es que se conozcan de cachorros, pero si uno de los dos animales llega al hogar más tarde, hay que tomar unas precauciones para garantizar una buena convivencia entre perros y gatos:
Al principio es mejor que duerman en estancias separadas, y que vayan viéndose de vez en cuando en presencia del dueño.
De esta forma se van acostumbrando poco a poco a la presencia del otro desde la distancia.
Un truco que funciona consiste en que el último en llegar huela en tu mano el olor del animal que lleva más tiempo en el hogar, y a la inversa.
Así se adaptarán el uno al otro a través de alguien que les resulta muy familiar: su amado dueño.
Si crees que ya están acostumbrados el uno al otro por su olor, entonces puedes pasar al siguiente truco, que consiste en que se acerquen el uno al otro, atando al perro con correa.
Si tu perro se pone agresivo, lo normal es que tu gato intente escapar subiéndose a un sofá o algún mueble.
Si ya hay ladridos y bufidos y al gato se le eriza el pelo, no te preocupes, ya que ambas razas de animales no están acostumbradas a convivir y tardarán en adaptarse un poco más.
Con el paso del tiempo ambos se irán acostumbrando a la presencia del otro, y dejarán de parecerse extraños.
Si siguen manteniendo una actitud agresiva pasado un tiempo, tienes que mantenerte firme y decir «no» con autoridad al que esté más excitado.
Cuando se relajen o se alejen entre sí entonces es recomendable que les recompenses con comida o algo que les guste, para que lo asocien con el comportamiento que buscamos de ellos.
Es por tanto recomendable que los primeros días no dejes al perro y al gato juntos cuando no estés en casa, para que puedas establecer tú las reglar de convivencia y comportamiento entre ambos cuando estés presente y no dejarlo a su voluntad.
Los primeros días puede parecer que ambos riñen entre ellos cuando juegan entre sí, por eso hay que controlar si lo que ocurre en un juego o una pelea.
Si se pelean entre sí, lo mejor es que los separes en estancias distintas de la casa para que entiendan que no deben comportarse de esa manera.
El mensaje que quieres transmitirles en todo momento es que la actitud que tienen que tener debe ser relajada y cariñosa, y que si se pelean salen perdiendo ambos.
Si lo que quieres formar es una familia con gatos y perros en ella, que nadie te diga que no pueden convivir, ya que ambos se acabarán adorando y no podrán vivir el uno sin el otro.